sábado, 23 de enero de 2016

Jefe exigente o acoso laboral

Lo que suele pretender un jefe duro o exigente, como son, por ejemplo, mejorar el rendimiento , la eficacia o la eficiencia del trabajador mediante la aplicación de rígido control y disciplina, no suelen ser los objetivos de la práctica del mobbing.  Si esto fuera así, las prácticas no se centrarían exclusivamente en una persona, sino que serían extensivas  a todo el grupo asistencial, pero comenzaría por aplicar primero todas las exigencias y controles a sí mismo y a su propio desempeño, como líder y modelo a seguir.

El objetivo del hostigador no son los buenos resultados y el buen funcionamiento de los procesos, él pretende el aislamiento y la desestabilización psicológica del colega subalterno.

El jefe hostigador emplea las siguientes tácticas:

1.  Corregir severamente, reprender, avasallar a su colega o trabajador subalterno, pero en público. 

2.  Sobrecargarla selectivamente de trabajo, asignarle plazos o tareas imposibles.

3,  Quitarle responsabilidades importantes que ya tenía, sustituýéndolas por tareas rutinarias o incluso dejarle sin trabajo asignado o dejarle a la deriva, haciendo reemplazos, variando diariamente sus asignaciones, teniéndole en la incertidumbre u haciendo que tenga que preguntar a diario sus funciones diarias, o en el caso del sector salud , asignando áreas de mayor riesgo o más extenuantes o las que menos domine y en la cuál no se desempeñaría con propiedad, y en fín, donde podría más facilmente fallar en su desempeño.


4.  Modificar sobre la marcha sus atribuciones y responsabilidades.

5.  Ignararle o hacerle el vacío.

6.  Retener material o información crucial para desarrollar adecuadamente su trabajo.

7.  Monitorizar malintencionadamente su trabajo con el objetivo de encontrar faltas que justifiquen sus ataques y acusaciones. 

8. Criticar duramente. 

En general, cuando las prácticas de un superior, sea encargado del área del laboratorio en que se desempeña el colega o el jefe general , no van encaminadas a potenciar la eficacia y eficiencia de la persona y sus procesos a cargo, y en general del grupo de personas y procesos en particular, ya sea por parte del jefe, sino que se focaliza de forma continua en uno de ellos, atacando su dimensión emocional, moral, y personal, estamos ante un caso de mobbing.  Si es así, es recomendable asesorarse de un abogado y un sicólogo especialista en mobbing lo antes posible, para así evitar daños mayores.